¿Y Emilio para cuándo?


En semanas recientes nos hemos dado cuenta que de repente la justicia despertó y se hizo cargo de grandes ladrones que durante años se dedicaron a desfalcar a miles de mexicanos. 

En Veracruz, después de tantos avisos que medios de comunicación dieron a manera de notas informativas, por fin la PGR anunció que iría tras la cabeza de Javier Duarte, gobernador de aquel estado, y hasta le pondría precio: 15 millones de pesos. 

En Sonora, el ex gobernador, Guillermo Padrés, podría ser responsable de defraudación fiscal por la cantidad de 8.8 millones de dólares, hoy ya está tras las rejas, él mismo se entregó. 

Pero ¿y en Jalisco cuándo llegará el halo de la sagrada justicia? En nuestra entidad tenemos el nada honroso caso del gobernador Emilio González Márquez, que según datos proporcionados por la oficina de la Contraloría del Estado de Jalisco, tan solo en 2013, hubo un daño patrimonial de al menos siete mil 573 millones de pesos. 

Sólo de obra pública, Emilio González Márquez desvió de la Secretaría de Infraestructura del Programa Estatal de Construcción de Escuelas, de la edificación de la Ciudad Judicial y de las Villas Panamericanas la cantidad de dos mil 531 millones de pesos. 

Es necesario señalar que este reporte fue dado a conocer en octubre de 2013, por el entonces contralor de Jalisco, Juan José Bañuelos Guardado, desde entonces, ningún político, diputado, senador, gobernador, ni el mismo presidente han planteado si quiera la posibilidad de llevar a juicio a Emilio González

Pero hagamos un ejercicio de retrospección para recordar a Emilio González Márquez, el político emanado del ala más conservadora del Partido Acción Nacional (PAN), oriundo de los Altos de Jalisco, una de las regiones más católicas del bajío mexicano, fue diputado federal, regidor y alcalde de Guadalajara, cargo que dejó para ser candidato a la gubernatura de Jalisco. 

Ya como gobernador se dio el lujo de traficar influencias, de presentarse en estado de ebriedad a actos públicos, de presentarse en estado de ebriedad a casas privadas con actores públicos y de mentarle la madre a los medios de comunicación y a quienes pensaran distinto a él. 

En 2011 Emilio González trajo los Juegos Panamericanos a la ciudad de Guadalajara, construyó numerosas estructuras que hoy están en completo abandono o resultan obsoletas, las Villas Panamericanas son el ejemplo más llamativo de su gestión, levantadas en una zona forestal protegida del Bosque de la Primavera. 

Para 2008, el gobernador se vio envuelto en uno de los escándalos más infames de la historia de Jalisco, el llamado “limosnazo”, en ese capítulo oscuro de Emilio, el gobernador se dirigió a los medios de comunicación diciendo que le importaba poco lo que “algunos” dijeran de él, ahí mismo, con un cheque por 15 millones de pesos en la mano, lo sacudió con notable prepotencia y en aparente estado de ebriedad, para presumir que ese dinero sería donado para la Asociación Mexicana del Banco de Alimentos, una organización vinculada al clero tapatío y a Juan Sandoval Íñiguez, entonces cardenal de Guadalajara. 

Los escándalos y actuaciones ridículas de Emilio continuaron en los siguientes años, desde proponer a Guadalajara como sede para los Juegos Olímpicos, hasta pretender ser candidato del PAN a la presidencia de México pagando entrevistas a medios nacionales con dinero, claro, del erario público.

La pregunta sigue siendo ¿cuándo será momento de que la PGR tome medidas para hacer que Emilio González Márquez pague por la malversación de fondos? ¿Hasta cuándo el Congreso del Estado se pronunciará por revisar o solicitar a la Contraloría del Estado de Jalisco los avances en estos casos?.

Para bien del partido, en mayo de 2015, González Márquez fue expulsado del PAN, quienes pidieron su cabeza argumentaron que solicitó el voto para Enrique Alfaro, incluso notas periodísticas publicadas por Canal 44, señalaban el uso de recursos de secretarías estatales para la campaña del líder moral de Movimiento Ciudadano en Jalisco. 

Bien reza el dicho, cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Por lo pronto, algunos en Jalisco seguimos esperando que el halo de la justicia llegue hasta nuestra saqueada tierra mojada. 

PLUS: pendiente queda el tema de los presidentes municipales que discretamente, y otras veces no tanto, también se han llevado parte del gran pastel.

*Columna publicada en el semanario MI REGIÓN #243

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