Indiscutiblemente la calidad de la música de Madonna depende de manera directa del productor. Confessions On A Dance Floor fue producido por uno de los mejores: el francés Stuart Price, que a pesar de haber tenido problemas mentales su grandeza a la hora de componer piezas musicales es incuestionable.
Sobresalen canciones como "Hung Up" en donde Price samplea la canción "Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight)" de ABBA, "Get Togheter", "Sorry", "Future Lovers" y "Forbidden Love".
Comentarios