El Mito de la Influenza

De México se dicen muchos mitos y leyendas, tales como que todos vestimos de charros, con sombreros y andamos a caballo o en burro; que todos somos de estatura baja y con piel morena o simplemente que todo en México se reduce a una playa y diversión en traje de baño. Lo que no es un mito es que hoy en México hay alrededor de 20 millones de jóvenes, lo que representa el 19% de la población total del país.

Tampoco es un mito que hoy en México se vive una alerta sanitaria por la llamada influenza porcina (que la Organización Mundial de la Salud renombrara más tarde como la influenza humana) y esos 20 millones de jóvenes mexicanos están inmersos en un pánico. Pánico creado por la desinformación más que por el temor a ser contagiados. 

Un sin número de correos electrónicos inundaron las bandejas de entradas de muchos de nosotros con información por de más desechable, mitos que son dignos de ser incluidos en cualquier revista de tendencia alarmista. 

Por ejemplo, la teoría del shock, en donde se adjuntaba un archivo de video supuestamente dirigido por Alfonso Cuarón en donde se dice que el gobierno utiliza métodos inhumanos para aterrorizar a la población y así aprovecharse de ellos. 

El otro mito es en el que se dice que todo es una cortina de humo para ocultar que el Senado y los diputados mexicanos aprobaron la llamada “ley del narcomenudeo” en donde se permite portar de manera libre una cierta cantidad de drogas como marihuana, cocaína, heroína, etcétera. La verdad es que la información nunca se ocultó, y aunque ciertamente los noticiarios radiofónicos y de televisión no le dieron un tiempo considerable, sí abordaron la información. Además que en los periódicos la información también estuvo presente. 

El tercer mito que se difunde es en el que se especula que todo es un intento por levantar la economía de algunas empresas de fármacos. Este mito sin duda es el más refutable, ya que el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, en conjunto con el secretario de salud, Ángel Córdova, aseguraron que en caso de volverse esta alarma sanitaria algo más grave habrían de tomar la decisión de abrir la patente del medicamento que ataca al virus de la influenza porcina o H1N1 y que es propiedad de Roche, quién es el principal productor de el antiviral llamado Tamiflu medicamento utilizado para atacar la influenza.

Lo que sí parece un mito es lo que vive la juventud de México con dos semanas de clases suspendidas de manera obligatoria en todo el país desde el nivel básico hasta las universidades a causa del virus. Por momentos parece una situación más de aburrimiento que de pánico o miedo por contagiarse. 

El fin de semana pasado fue algo sin precedentes en las principales ciudades y destinos turísticos de México ya que bares, discotecas, restaurantes y cafés fueron obligatoriamente cerrados para así evitar la propagación del virus. Los cines, teatros, las misas y/o actos religiosos así como los mítines políticos igualmente fueron canceladas, los recitales fueron pospuestos para después del 11 de Mayo fecha en la que se acordó, todo volverá a la normalidad.

Otro aspecto que parece ser un mito o leyenda es que en pleno siglo XXI la discriminación racial o xenofobia sigan siendo parte de la agenda pública. Países como China tratan de manera inhumana a personas que por el simple hecho de ser mexicanos son sospechosos de portar la fiebre porcina o influenza humana a pesar de no presentar síntoma alguno. Otros como Argentina, Ecuador y Cuba cancelaron el tráfico aéreo por temor a ser contagiados. 

Mitos o no, leyendas o no, lo cierto es que México mostró una gran madurez ante la crisis sanitaria: en las calles se veía desde ancianos hasta niños con los cubre-bocas bien puestos, las señoritas que antes acostumbraban saludarse de beso en la mejilla ahora no lo hacen, las señoras con hijos en brazos procuraban lavarse las manos en cada oportunidad, y los ejecutivos ya no se daban la mano al entrar a las oficinas donde trabajan.

La fiebre porcina trajo a México una serie de incertidumbre sí, pero también mostró un México unido ante la vulnerabilidad del ser humano. Un México que a pesar de ser golpeado por la corrupción, los malos gobiernos, las catástrofes naturales y las alertas sanitarias se sabe levantar y sacudir el polvo, o en este caso estornudar, limpiarse la nariz, tirar el pañuelo y seguir caminando.